El agua de una piscina no se mantiene en buen estado por sí sola. Para que sea segura y cómoda de usar, hay que controlar dos parámetros básicos: el cloro y el pH. Ambos influyen en la calidad del agua y, si no se ajustan correctamente, pueden generar problemas de higiene, de salud e incluso dañar los materiales de la piscina.
Para qué sirven el cloro y el pH en una piscina
El cloro es el producto más utilizado para desinfectar el agua. Su función es eliminar bacterias, virus y algas que se desarrollan de forma natural en el agua estancada. Sin cloro, la piscina se volvería rápidamente turbia y poco segura para el baño.
El pH mide si el agua es ácida o alcalina. Un pH demasiado alto provoca que el cloro pierda eficacia y aparezcan incrustaciones en las paredes o en el sistema de filtración. Si está demasiado bajo, el agua se vuelve corrosiva, puede irritar la piel y dañar componentes metálicos o plásticos.
Los niveles recomendados son:
- Cloro libre: entre 0,6 y 1,0 ppm.
- pH: entre 7,2 y 7,6, con un rango aceptable de 7,0 a 7,8.
Mantenerse dentro de esos valores garantiza que el agua esté desinfectada y que el cloro actúe correctamente.
¿Cómo medir el nivel del cloro y el pH en una piscina?
Controlar los niveles de cloro y pH no es complicado, pero requiere constancia. No basta con añadir productos al agua y olvidarse. Una piscina cambia cada día: la temperatura, el sol, la lluvia, el número de bañistas o incluso el viento que arrastra el polvo y las hojas, pudiendo alterar la química del agua. Por eso, es fundamental medir con regularidad y no dejar que los valores se salgan del rango recomendado.
La frecuencia es importante: lo ideal es analizar el agua a diario durante el verano o en épocas de uso intensivo, y al menos una vez por semana en temporada baja. Medir frecuentemente evita tener que hacer correcciones drásticas que luego resultan más costosas y lentas.
Los métodos para medir el cloro y el pH, son:
- Tiras reactivas: Las tiras son la opción más rápida y económica. Se introducen unos segundos en el agua y, al sacarlas, cambian de color. Después, se comparan los tonos con la tabla que viene en el envase. Suelen dar un resultado orientativo que sirve para un control básico. Aunque no son las más exactas, permiten detectar si hay un desajuste evidente en el agua.
- Kits de gotas o reactivos líquidos: Son algo más precisos. Se recoge agua de la piscina en un pequeño recipiente y se añaden unas gotas de reactivo específico para cloro o para pH. El agua cambia de color y se compara con una escala. Este sistema requiere un poco más de tiempo, pero sigue siendo sencillo y fiable para uso doméstico.
- Medidores digitales o fotómetros: Estos dispositivos combinan la muestra de agua con un reactivo y ofrecen un resultado numérico en pantalla. Son más caros, pero también más exactos y prácticos para quienes quieren llevar un control más riguroso. Muchos modelos permiten medir no solo cloro y pH, sino también otros parámetros como la alcalinidad o el ácido cianúrico.
- Sondas y sistemas automáticos: En piscinas comunitarias, públicas o de uso intensivo, se instalan sondas que analizan el agua de manera continua. Estos equipos están conectados a sistemas de dosificación que añaden automáticamente cloro o reguladores de pH cuando detectan un desajuste. Es la forma más cómoda, aunque supone una inversión inicial más alta.
Consejos para una medición correcta
Para realizar una medición correcta, ten en cuenta estos consejos:
- Lugar de la muestra: no la tomes en la superficie ni junto a una boquilla de impulsión. Lo recomendable es recoger agua a media profundidad, en una zona intermedia de la piscina.
- Momento adecuado: mide cuando la depuradora haya estado funcionando al menos 15-20 minutos para asegurarte de que el agua esté bien mezclada.
- Constancia: mejor hacer controles frecuentes que esperar a que el agua muestre signos visibles de problemas (olor fuerte a cloro, irritación, turbidez).
- Registra los valores: anotar las mediciones ayuda a identificar patrones y a anticipar posibles desequilibrios antes de que se agraven.
Medir bien es tan importante como ajustar. Un error frecuente es aplicar productos sin haber hecho una comprobación previa o hacerlo “a ojo”.
Ten una piscina con el nivel del cloro y el pH correctos
Controlar estos parámetros no solo evita problemas de salud, también alarga la vida útil de la piscina y sus equipos. En Piscinas Cristayl ofrecemos productos para mantener el agua en condiciones óptimas. Desde reguladores de pH hasta sistemas de dosificación automática, adaptamos la solución al tipo de piscina y a la frecuencia de uso.
Además, contamos con servicio de mantenimiento para revisar y ajustar los niveles de forma periódica. Así puedes asegurarte de que tu piscina se mantiene limpia y segura durante toda la temporada, sin complicaciones innecesarias. Contacta con nosotros.