Cada vez más personas buscan opciones de piscina que sean prácticas, modernas y adaptables al espacio disponible. Las piscinas elevadas se han convertido en una alternativa muy demandada para quienes desean disfrutar del agua en casa sin necesidad de realizar una gran obra ni modificar en exceso su jardín o terraza.
A continuación, te explicamos qué son las piscinas elevadas, qué ventajas ofrecen frente a otros modelos, en qué espacios pueden instalarse y por qué pueden ser la solución perfecta para tu hogar.
¿Qué son las piscinas elevadas?
Las piscinas elevadas son aquellas que se instalan por encima del nivel del suelo, sin necesidad de excavar o integrar totalmente la estructura en el terreno. Este diseño permite una instalación más rápida y menos invasiva, lo que reduce costes, tiempos y trámites.
Pueden estar fabricadas en materiales como acero, madera, hormigón o vidrio y su estructura puede ser fija o desmontable, dependiendo del modelo y el uso que se le quiera dar. También existen opciones personalizadas y de alta gama que combinan funcionalidad y estética, como las piscinas elevadas con acabados en cristal o revestimientos especiales.
Ventajas de instalar una piscina elevada
Este tipo de piscina no solo destaca por su aspecto visual, sino también por su practicidad. A continuación te mostramos por qué tantas personas optan por este sistema.
- Instalación rápida y sin obras complejas
Una de las principales ventajas de las piscinas elevadas es que no requieren excavación ni grandes movimientos de tierra. Esto hace que la instalación sea mucho más sencilla y rápida en comparación con las piscinas tradicionales enterradas.
- Ideal para espacios reducidos o con desniveles
Las piscinas elevadas son perfectas para jardines pequeños, azoteas, terrazas o terrenos en pendiente. Su estructura se adapta fácilmente al espacio disponible, sin comprometer la seguridad ni el diseño.
- Menor coste de instalación y mantenimiento
Al no requerir obras de excavación ni sistemas complejos de drenaje, el coste total se reduce considerablemente. Además, el mantenimiento es más sencillo, ya que suelen tener sistemas integrados que facilitan la limpieza y el control del agua.
- Seguridad y control
Al estar por encima del nivel del suelo, estas piscinas reducen el riesgo de caídas accidentales en niños o mascotas. Además, su acceso puede controlarse mejor mediante escaleras, barandillas o cubiertas retráctiles.
- Estética personalizable
Desde modelos minimalistas de líneas rectas hasta diseños más sofisticados con revestimientos en madera o cristal, las piscinas elevadas ofrecen una amplia variedad de estilos. Incluso es posible integrarlas con el entorno mediante tarimas, iluminación o jardinería.
¿Dónde se pueden instalar?
Una de las grandes ventajas de las piscinas elevadas es su versatilidad en la instalación. No requieren grandes superficies planas ni infraestructuras previas, por lo que pueden colocarse en:
- Terrazas y áticos
- Jardines urbanos
- Patios interiores
- Zonas con desniveles
- Espacios rurales o modulares
En algunos casos, incluso pueden colocarse de forma semi-elevada, adaptándose al diseño del entorno para ganar estabilidad o integración visual.
¿Es necesario pedir permisos?
En muchos casos, las piscinas elevadas no requieren licencia de obra, ya que no alteran el suelo ni implican una construcción permanente. Sin embargo, siempre es recomendable consultar la normativa local, sobre todo en comunidades de vecinos o zonas urbanas con restricciones específicas.
Tipos de piscinas elevadas
Dentro de esta categoría, existen varios tipos según el material y la estructura.
- Piscinas desmontables: de plástico o acero, ideales para uso estacional.
- Piscinas prefabricadas: de fibra o composite, con instalación rápida y estructura sólida.
- Piscinas de obra elevadas: con base de hormigón, acero o cristal, totalmente personalizables y duraderas.
La elección dependerá del presupuesto, el espacio disponible y la estética deseada.
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